17 de noviembre de 2014

Silvia Rodríguez Ares, 3 poemas 3


Fotografía de Antonio Merini


EXORCISMO

Tenés
la soga al cuello.
Mirame
si querés salvarte.
Todo
lo que soy
es un hilo
que se corta.


ESORCISMO 

Hai 
la corda al collo.
Guardami
se vuoi salvarti.
Tutto
quello che sono
è un filo
che si taglia.



Fotografía de Errikos Andreou


Es la mano ausente
la que toca mi hombro.
Solíamos
pasear en primavera.
El frío
-y todo lo demás-
no sé por qué
sucede.





s/d del autor de la fotografía



HIJA

La sostuve
en la palma
de mi mano.
La nutrí.
Bebió la piel
y el aire.
Le di mis ojos
para que hoy me muestre
todo aquello
que me falta.





Silvia Rodríguez Ares 
(Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina)
para leer más en MIS POETAS CONTEMPORÁNEOS
su BLOG

3 comentarios:

P MPilaR dijo...

*de qué se nutrirá el aire
sin ver que solo es ojos de tiniebla.
de qué, por ni aun mirarlo*

Darío dijo...

Sucedemos sin explicaciones, con pérdida y desgarro.

Errata y errata dijo...

Son preciosos. Sobre todo Hija. Yo a la mía la veo crecer y me pasan mil cosas por la cabeza y el corazón, incluyendo un poquito de envidia. A veces me digo, mientras la miro, en ocasiones desnuda con sus recién estrenadas curvas y el bello púbico rabioso, amaneciendo, y me digo "mirá lo que era ser joven y adolescente y no sabía, no sabía lo que tenía entre manos, no sabía la fuerza de mi cuerpo, no sabía que mi madre se sentía así cuando me veía florecer mientras ella comenzaba a envejecer." Es tan fuerte ser madre, es tan inexplicable, tan vasto, tan inmenso...no deja de sorprenderme ver, sentir de esa manera tan extrema, todo lo que tengo en ese encuentro de faltas.

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